GPS Senderismo Familiar Costa del Sol

16 abril 2012

Cerro del Águila de Sierra Negra

Cerro del Águila de Sierra Negra


No ha salido el sol y ya en la costa malagueña dos montañeros calzan botas. Preparan la mochila mientras el viento sopla con fuerza en el exterior, aún no saben a donde les van a llevar sus pasos, deben esperar a la luz del día para decidir destino.

Amanece despejado, apenas se ven nubes alrededor. Numerosas opciones quedan abiertas y acuerdan recurrir al azar para decidir, tiran varios huevos al aire marcados con destinos diferentes y el que no se rompa al caer será a donde les llevarán sus pasos montañeros: gana la subida al Cerro del Águila (1.034 m.s.n.m.), punto más alto de Sierra Negra.

Comienzan a caminar sobre las 11:30 horas siguiendo las indicaciones del PR A-338 “Sendero Cerro del Águila”, despacito, al estilo Caminante, algo preocupados con las continuas rachas de viento huracanado que les cortaba la respiración.

A la altura de una balsa de agua contra incendios se desvían a la izquierda ascendiendo un talud que forma el carril para seguir por un sendero que va tomando altura suavemente entre pinos y enebros.

Al llegar a un collado, desde donde se intuyen unas vistas magníficas, el fuerte viento y las cortinas de rain que ven aproximarse por el norte, obligan a los dos montañeros a dejar la conquista del Cerro del Águila para mejor ocasión, una nueva espina queda clavada.

Un montañero (de los únicos tres que se encontraron por el camino) les comenta una posibilidad a tener en cuenta por el grupo de Fulanejos: desde el Cerro del Águila se puede continuar por un sendero que, tras varias subidas y bajadas sorteando un collado después de otro, llega al vértice geodésico que se encuentra en el punto más alto de la Sierra Alpujata, el Cerro Castillejos (1.073 m.s.n.m.).

Ascendiento el talud

Siguiendo el sendero

En el collado con vistas al Valle del Gudalhorce

Señalando la cumbre del Cerro del Águila

Y para comer, "callos cocinados al estilo Marqués del Calamorro"

Una semana después, dos Fulanejos, realizaron la ruta completa:
Reportaje de Diego Martín en Cazatormentas

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09 abril 2012

Fiesta cumpleaños en Los Reales

Fiesta de cumpleaños en Los Reales

El pasado fin de semana celebramos en Los Reales una entrañable fiesta de cumpleaños en honor de un veterano Fulanejo. No faltó de nada, comida, bebida, tertulia y un par de ascensiones a la cumbre de Los Reales, una a mediodía y otra a las dos de la madrugada, la más dura, que aunque solo son doscientos metros de desnivel, los excesos de la fiesta hicieron mella en nuestras fuerzas y más cuando nos tuvimos que tirar al suelo al acercarnos a las casetas cercanas a la cumbre y escuchar una voz firme y autoritaria, “INSTALACION MILITAR, ABANDONEN LA ZONA INMEDIATAMENTE”, en el acto gritamos que nos rendíamos sin condiciones pero como el que había ordenado no dio más señales de vida, continuamos hasta el vértice geodésico en donde brindamos con ron miel por el cumpleaños del Caminante.

Dormimos en el refugio, al calor de su chimenea.

Los Caminantes
Los Búhos
Los Fulanejos
Los Húngaros

El día ameneció nublado

Primera cumbre en los Reales

Campamento Húngaro del mediodía

Animada tertulia alrededor del fuego

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02 abril 2012

Cerro Nicolás , ¡por fin!

La conquista del Cerro Nicolás

Mientras que un montañero Fulanejo se echaba a la mala vida en tierras chiclaneras, el resto, comprometidos en recuperar la vergüenza perdida la semana pasada en la ascensión fallida al Cerro Nicolás, acordaron intentar de nuevo la conquista del citado cerro, a pesar del mal tiempo anunciado, no sin antes encomendarse, como no podía ser de otra manera, a la providencia de los dioses del Juanar.

Siendo así, cuando el reloj marcaba las 9:30 de mañana y en Chiclana el Sol aún no había despuntado, cuatro montañeros Fulanejos, con el ceño fruncido y sin apenas cruzarse una palabra de más, iniciaron la ascensión del Cerro Nicolás por sus agrestes y escarpadas laderas.

A principio tuvieron que bregar con aulagas y enebros, cada paso tenían que estudiarlo cuidadosamente, cada metro ganado lo tenían que sobrepagar. Para cuando llegaron a las rocas, cuando creían que lo peor había pasado, la montaña se alió con el cielo y éste mandó la lluvia para empapar las rocas de agua volviéndolas extremadamente resbaladizas, peligrosas, mortíferas, pero nada ni nadie iba a poder ese día con los Demonios Caminantes que seguían ascendiendo contra todo buen juicio en busca de la cumbre del Cerro Nicolás, aut vincere aut mori.

Y lo consiguieron, llegaron, ¡cumbre!, ¡cumbre!, ¡cumbre!, y bajo la lluvia, entre las nubes, recuperaron la vergüenza perdida y lo celebraron por todo lo alto como si fuese la última comida de unos condenados a muerte, pensando quizás, en los resbaladizos precipicios que aún les quedaba por sortear antes de llegar a la seguridad de la carretera del Juanar.

Entre la niebla, se escuchó una voz:
Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais..., atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
Es hora de morir.

A pesar de las dificultades todos los Fulanejos llegaron sanos y salvos a la civilización, perdón, todos nó, a esas horas un Fulanejo seguía dando camballás por tierras gaditanas.

Los Fulanejos

A cada paso que daban las dificultades aumentaban

Trepando por los últimos metros

Celebración en la cumbre del Cerro Nicolás

El Hotel Refugio de Juanar visto desde la cumbre del Cerro Nicolás

¡Foto de cumbre!

¡Otra foto de cumbre!

Comenzado la bajada bajo la lluvia





Una foto extraída del Álbum anterior:
El Cazador de Rayos

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