GPS Senderismo Familiar Costa del Sol

20 julio 2008

Senderismo en El Burgo

Un folleto editado por el Ayuntamiento de El Burgo nos describe tres rutas de senderismo:


1. La Fuensanta y los Sauces

A dos kilómetros en dirección Junquera encontramos un carril a la derecha, nos adentramos en un camino bordeado de grandes pinos, que circula paralelo al cauce del arroyo, de exuberante vegetación de ribera. A 1,5 kilómetros nos encontramos con un viejo vivero forestal del que se obtienen plantones para repoblar los montes públicos.

Un poco más adelante, encontramos el área recreativa del antiguo molino de la Fuensanta. Continuando el recorrido, llegamos al complejo medioambiental la Reyertilla, y más adelante con una bifurcación y cruz de piedra de estilo gallego.

A la derecha, uniremos ésta ruta con la número 2 a través del puerto de la Mujer. A la izquierda, iremos subiendo hasta un nuevo cruce. El camino de la izquierda con conduce de nuevo a la Reyertilla, el central al área de acampada de los Sauces y Convento de las Nieves, el de la derecha continúa hasta unas minas abandonadas, pasando por el pinsapar del Monte Alhucemar. Después el carril se convierte en sendero que nos conducirá a los picos más altos de la Sierra de las Nieves.


2. Río Turón

En el puente de la A-366, encontramos un carril en el margen izquierdo del río, que circula paralelo a éste. A lo largo del recorrido, comenzamos rodeados de álamos y olivares, para más adelante convertirse en un tupido bosque de galería.

A unos 2 kilómetros, encontramos la presa del Dique (zona de baño) y más adelante una sucesión de presas de diferentes tamaños (el Largo, la Requena, el Nacimiento y la Hierbabuena), a partir de ésta última el cauce aparece seco en verano.

Si continuamos, encontramos amplias panorámicas del valle de Lifa, cubierto de cornicabras, así como el Peñón de Ronda y Peña de Enamorados.

Podemos continuar y enlazar con la ruta 1 a través del puerto de la Mujer, o volver, esta vez por el margen contrario del río, siguiendo el antiguo sendero para los más aventureros.


3. Víbora Baja – Víbora Alta

A 13 kilómetros, por la carretera del Serrano (MA-478), sale un carril bien marcado por la izquierda.

Mientras se asciende, se deja a la izquierda un carril que lleva al repetidor de televisión y a la Víbora Baja. A medida que se va subiendo, la vista se hace más espectacular. Poco antes de llegar a lo más alto, sale un carril que conduce a una balsa de agua destinada a la lucha contra incendios y a la fuente de la Víbora Alta.

A partir de ahí todo es bajada hasta alcanzar el cortijo de la Ventilla con su manantial, el monumento a Don Gregorio Gil y continuando enlazamos con la carretera de Ronda (A-366) a 1 kilómetro. A la izquierda encontramos el mirador del guardia forestal, con impresionantes vistas a la cuenca del Río Turón, así como de la Sierra de las Nieves, la Quebrilla, Acaparaín y Prieta, al fondo El Burgo, como una pincelada blanca.


Folleto facilitado por:
Ayuntamiento de El Burgo
Calle Real 22
29420 El Burgo (Málaga)
Teléfonos: 952 16 00 02 – 07
Fax: 952 16 01 80
http://www.elburgo.es/
ayuntamiento@elburgo.es

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06 julio 2008

Noche en el Torrecilla

Una vez al año
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El año pasado dormimos en la cumbre del Lucero, el anterior en la cumbre de la Maroma, en el 2.005 pasamos la noche en la Rábita y en junio del 2.004 contemplamos las luces de la Costa del Sol desde el Mirador del Lobo. Este año queremos repetir la experiencia, dormir al raso en la montaña, y para ello, elegimos para pasar la noche, la cumbre de la montaña mas alta de la Sierra de las Nieves, el Torrecilla, una de las estrellas del senderismo y montañismo malagueño.

A las 21h comenzamos a caminar desde donde el carril de Quejigales se cruza con el carril de Tolox, allí donde los sabios regidores del Parque Natural Sierra de las Nieves, en su afán incesante de alejar al perverso ciudadano contaminador de la virginal montaña, han instalado una valla para impedir el paso a los vehículos que no dispongan de la llave del candado que la cierra a cal y canto.

Avanzamos por el carril de Quejigales, disfrutando de la frescura del atardecer, unos a paso lento, otros, aunque de mucha más edad, a paso ligero, instando a los demás a caminar más rápido. Cuarenta y cinco minutos después nos desviamos a la derecha para continuar por el carril de Pilones hasta llegar, sobre las 24h al puerto que le presta su nombre, el Puerto de Pilones.

En el Puerto de Pilones recuperamos energías, algunos ya están tocados y tienen que ser animados por los otros, aún enteros, con los estimulantes disponibles, un botellón de gazpacho andaluz, pasas de Corinto y gominolas amsterdanas con sabor a menta.

Repuestas las fuerzas y la alegría continuamos avanzando en fila india con los frontales encendidos hasta nuestra siguiente parada, el Pilón de Tolox, en donde esperamos proveernos de agua, si es que la hubiere o maldecir nuestro exceso de confianza si es que faltare.

Por suerte, la encontramos, rellenamos las botellas de un pequeño hilillo de agua saludable, fresca y clara que emana de la pared rocosa a cuyos pies construyeron el pilón.
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Mientras bebemos del agua no apta para el consumo humano según indica un cartel informativo, negociamos el siguiente paso, unos, mirando la silueta negra de la montaña, temerosos de su altura y de sus doloridas rodillas, quieren desistir y extender el saco de dormir en el Pilón de Tolox, otros, rebosantes de fortaleza, insisten en subir a la cumbre aunque sea necesario emplear toda la noche en la encomienda.

Gana la llamada de la montaña, las ganas de dormir el lo más alto, la promesa de unas vistas sin parangón, el reconfortante frescor de la noche, gana la fuerza de la ilusión con la que hemos preparado la expedición, no hay quién nos pueda detener, nos decimos, y comenzamos a subir, pisando muy fuerte, cuando el reloj marcaba las dos y cuarto de la madrugada, con una única idea: conquistar la cumbre del Torrecilla.

Al principio subimos como podemos, los mas briosos los primeros, ganando distancia, los mas doloridos retrasándose segundo a segundo, aguantando el martirio de las cuchillas clavadas en sus rodillas. En los últimos metros nos reagrupamos de nuevo, avanzamos, paramos, respiramos, seguimos de nuevo, todos, otra vez en fila india, pasa tú delante, dice uno, hay algo por allí arriba, y el indicado pasa y levanta su bordón con arriscamiento dispuesto a usarlo ante el menor contratiempo.

Sobre las tres y media, por fin, llegamos a la solitaria cumbre del Torrecilla donde el cielo nos premia y nos cubre con mil luminosas estrellas y la tierra, que no quiere ser menos, nos ofrece un paisaje anaranjado esplendidamente dibujado con las luces de las poblaciones que se divisan desde la atalaya más alta de la Sierra de las Nieves.

Preparamos el campamento, cenamos, respiramos fuerte, apenas hablamos y en comunión con la frescura de la noche y la belleza del entorno, perdonamos las ofensas de nuestros enemigos y dormimos placidamente hasta que el Sol, con infinita alegría, despierta al primero y éste a los demás, todos, con los motores vitales cargados al máximo, ¡lo que reconforta dormir y despertar en la cumbre del Torrecilla!.


Por la noche, mientras nuestras almas deambulaban por el mundo de los sueños, recibimos la visita de un habitante del lugar, quién, sin pedirnos permiso, se llevó el desayuno de una de nuestras mochilas.

Sobre las 8h comenzamos el regreso, al principio todo va bien, pero, a mediación de la Cañada del Cuerno, sufrimos un feroz ataque de las temibles ampollas y el de más edad es alcanzado y herido brutalmente, apenas puede andar y la marcha, entre dolores y maldiciones, se retrasa inevitablemente.

Con todo, llegamos al coche siendo las 13h45’ del día 5 de julio de 2.008, dispuestos a repetir, “una vez al año”, la experiencia, en cualquier lugar de los muchos que nos ofrece nuestra tierra.




GPS Senderismo Familiar de la Costa de Sol

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