GPS Senderismo Familiar Costa del Sol

14 octubre 2009

Subida al Trevenque

La gran mayoría de los senderista y montañeros conocen el Trevenque, una de las montañas más típicas y características, con su forma piramidal, de aspecto inaccesible, imponente, desafiante y visible prácticamente desde cualquier punto de Granada; muchos la consideran la más emblemática de media montaña con sus 2.083 mts. de altura y su difícil ascenso, sobre todo en su parte final.

En varias ocasiones habíamos intentado subir a este pico, pero la verdad es que en ninguna de ellas conseguimos llegar a la cumbre; la nieve, el vértigo, el peligro o el infortunio siempre habían impedido nuestro objetivo.
Pero nuestro espíritu indomable nos llevó a darnos cita el domingo pasado en la Fuente del Hervidero. Sobre nuestras espaldas no iban a pesar las mochilas, sobre nuestras mentes no iban a pesar el cansancio, sino la probable certeza de que esta infernal montaña nos volviera a mostrar una vez más su lado más arisco.

Ésta es una crónica breve de la ascensión:

1. La idea inicial era rodear el Trevenque desde la Cortijuela hasta la cara Oeste, pasando cerca del refugio Rosales y desde allí enlazar con el camino de los arenales. Pero alguien del grupo,– intrépido–, apostó por subir directamente por la parte más corta. Y efectivamente esa ruta era más cercana, pero no nos podíamos imaginar la “ratonera” en que nos íbamos a meter, la trampa mortal que nos esperaba. ¡Dios mío, íbamos a subir por la cara Este, la más dura y empinada!

2- Al principio la pendiente era más o menos suave, pero poco a poco y en continuos zig-zags, el sendero aumentaba su desnivel, y el terreno se volvía más y más resbaladizo con arena y piedras sueltas.



Algunos ya empezaba a temerse la bajada y hasta se olvidaban de disfrutar de la subida y del paisaje –que dicho sea de paso, era maravilloso, con Sierra Nevada al fondo y los Alayos de Dílar–.


3- Llegamos al “Collado de la piedra”, primer y único falso llano donde se puede descansar un rato.


Para entonces, la cara de algunos era ya un auténtico poema; la tensión –y hasta el miedo– podían verse reflejado en algunas de ellas. Ante nosotros teníamos unas paredes casi verticales de lo que ya no era un camino estable, sino más bien una torrentera resbaladiza y despiadada.




La angustia estalla. Se empiezan a oír voces de que subir por allí es muy arriesgado. Algunos quieren abandonar y se nos plantea el dilema: seguir o dar marcha atrás. Después de la consiguiente deliberación y de las distintas opiniones, los más lanzados continúan la subida y arrastran al grupo (no del todo convencido), pero a los pocos pasos se produce lo inevitable, una baja; un miembro decide que no continúa y se queda esperándonos en el Collado de la piedra.

En este punto hay que hacer una mención especial a Lidia e Ismael, dos jóvenes que se iniciaban como montañeros, y que, a juzgar por sus caras sonrientes y sus comentarios, parece que disfrutaron con la dureza de la ruta. ¡¿Qué comen estos chicos de hoy en día?! ¡Que tiemblen Juanito Oyarzabal y Edurne Pasabán! Estos dos jóvenes demostraron sobradamente tener cualidades para ser el futuro de nuestro montañismo, y creo que pronto los veremos en las duras cumbres del Himalaya.
También mencionar a Marta y María que con sus 13 y 10 años dieron muestras de tener una gran fortaleza física y mental para su corta edad y lograron superar las dificultades.

4- Tras el primer abandono, continuamos la marcha, lamentando el incidente. Puedo decir que este tramo es uno de los más inestables que he hecho nunca en una ruta. Y creo que las imágenes anteriores y las siguientes valen más que cualquier explicación.


5- Aunque tuvimos abandonos, heridos (sobre todo en la bajada) cardenales, resbalones y caídas–muchas caídas–, finalmente conseguimos llegar a la cima y coronar esta majestuosa montaña.




La bajada:

Decir por último que lo conseguimos gracias al compañerismo y la unión del grupo; los fuertes ayudaban a los débiles, los más experimentados a los menos, los mayores a los niños…

Una curiosidad: Cada año por Navidad unos montañeros suben al Trevenque con nieve para montar un Belén. Este es el que vimos nosotros.


P. León

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3 Comments:

  • Ha valido la pena la espera. Hemos disfrutado un montón con las fotos y el relato. También lo hicimos con la excursión, con el sorprendente e inesperado recorrido y con la agradable compañía.
    Cuanto más cuesta conquistar una montaña, cuantas más veces lo intentas antes de llegar a su cumbre, más se agradece el empeño de un “loco de las montañas y sus cumbres” en estudiar sobre plano el recorrido mejor para llevar al grupo hasta el Belén del Trevenque.
    Muchas gracias
    Isabel y Diego

    By Anonymous Isabel y Diego, at 10:08 a. m.  

  • Todavía con lagrimas en los ojos provocadas por la lectura de esa narrativa perfecta y, sobre todo, fiel, del ascenso a esa majestuosa montaña, "El Trvenque", nos dirijimos a su autor para agradercele habernos evocado esas "fuertes emociones" y sobre todo "esos altos y graves riesgos" a los que nos expusimos por el amor inconmensurable que todos los intervinientes sentimos por el montañismo.

    Gracias Jose.

    Marta, Milla e Inma

    By Anonymous MARTA, MILLA, INMA, at 9:51 p. m.  

  • HOLA
    BONITAS FOTOS Y BONITO RELATO, YO HE SUBIDO AL TREVENQUE DESDE EL OTRO LAO NUNCA HE SUBIDO POR ESTE SITIO.
    LO PROBARE UN DIA DE ESTOS.
    SALUDOS
    JAVIER MORALES

    By Anonymous FUENTE HERVIDERO TREVENQUE, at 1:04 p. m.  

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