Luna llena

Ayer tarde, como casi siempre, llegué a casa sobre las 8 y como casi todos los días, me encontré a mi mujer chillando a los niños y ellos gritando aún más, quise poner calma y lo único que conseguí fueron más gritos y un fuerte portazo, el de mi mujer encerrándose en su habitación.

Me acordé de la luna, esa noche llena y no lo pensé dos veces, me cambié, llené mi mochila con lo que pude encontrar y me fui, con la idea de subir y pasar la noche en el Torrecilla.

Llegué sin problemas a la zona de acampada de los Quejigales a eso de las 11, me puse toda la ropa de abrigo que llevaba y comencé a caminar y a cada paso que daba el cabreo que me había acompañado hasta entonces se iba disipando poco a poco, lo que me parecía imperdonable encontraba ahora mil disculpas. Sin embargo seguí, a pesar del intenso frío y de la oscuridad del bosque de grandes pinsapos de la cañada del Cuerno.

Podía haber sido una excursión nocturna sin mayores consecuencias a no ser porque me encontré, poco antes de llegar al puerto de Pilones, con José García, sentado en una piedra contemplando la luna y las estrellas. Al verle, pensé que era un pastor, pero no, según me contó y fue mucho lo que hablamos, casi hasta el amanecer, José García es un catalán, viudo, arruinado económicamente y que, increíblemente, vive en la Sierra de las Nieves, sólo, de lo que puede conseguir, desde hace ya más de 4 años.

Hay mucho que contar sobre la vida que lleva José García, donde duerme, como se alimenta … sus penurias, sus alegrías …, otro día, hoy solo os manto este correo para contaros lo más importante, José García vive en la Sierra de las Nieves.

Marqués de Calamorro