Gracias a que la DGT se apiadó de
una montañera aspirante a conductora de vehículos a motor y le concedió,
suponemos que merecidamente, un carnet de
conducir, pudimos festejarlo y celebrarlo en Los Reales con una olla de callos
y otros manjares dispuestos sobre la mesa por los asistentes a la Fiesta del Carnet.
Fue una gran celebración.
Fue una gran celebración.
Descansando bajo la sobra de los pinos |
Para hacer hambre subimos al Los Reales |
Brindando en la cumbre por la DGT |
Después de comer y beber nos acercamos al Mirador de Salvador Guerrero |
Y más tarde, ¡otra vez cumbre!, ¡para que luego digan que no quemamos calorías! |
Los niños se lo pasaron en grande jugando con las hamacas |
Traidores, mientras Alfonso y yo nos sacrificábamos en el mirador tomando un gin-tonic, os fuisteis otra vez a la cumbre.
ResponderEliminar